Casi un año ya de nuestra última publicación en este blog. No es que dejaramos de hacer cosas, lo que pasa es que nos mudamos a otras redes sociales, a otras vidas, a otros espacios, a otros proyectos.
Acá seguimos, muy vivxs y ahora tratando de usar el lenguaje incluyente (femenino y masculino).
No sé como contarles todo lo que vivimos en este tiempo sin escribirnos y leernos; tuvimos la oportunidad de compartir talleres de huertos, agroecología, soberanía alimentaria y alimentación consciente, por el maíz y contra los transgénicos, para niñxs, para adultxs, para todxs, organizamos trueques agroecológicos, le entramos a la economía solidaria, a las compras colectivas, a las ecofiestas, a las acciones creativas, la hemos pasado muy suave para ser honesta.
Vivimos un ciclo hermoso y del cual perdimos la cuenta de todas las bendiciones y cosas bellas en las que pudimos participar.
Ahora soplan vientos nuevos, fuertes, hacia el sur y no tenemos ni idea en dónde vamos a caer, así como cuando vuelan las semillas de lechuga o de amaranto, así nos sentimos.
Ha pasado un rato y la semilla de los huertos urbanos a volado a muchos lugares...¿De qué les gustaría que platicaramos?
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